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Proceso de restauración

Recuperar la dignidad de la Obra de Arte

“El restaurador  recupera la dignidad de las obras de arte,  les devuelve el esplendor de cómo fueron concebidas por el artista”.

Las obras de arte como la pintura, la escultura y el grabado, al igual que los humanos, se enferman, tienen accidentes y sufren deterioros. Así, las obras de arte expresan su malestar a través de su organismo material que está constituido por elementos heterogéneos que tienen vida propia, y que, al enfermarse, logran influir en otras partes de la pieza. Algunos de los elementos que lo conforman  pueden ser madera, tela, vidrio, lámina, piel, entre otros.


El restaurador es un médico que atiende a un paciente. La obra de arte es el enfermo que no habla pero expresa su sufrimiento a través del deterioro visible de su cuerpo; el restaurador, por medio de un tratamiento adecuado, le devuelve la salud y, por consiguiente, su dignidad de obra de arte.


El restaurador debe diagnosticar a su paciente y reconocer la manufactura con la que fue realizada, para así determinar el proceso de intervención correspondiente. Se puede comenzar -dependiendo de la pieza- con una fumigación, una consolidación de sus partes, seguido por una limpieza, aplicación de velados, resposición de faltantes –de ser necesario-, un ataque a las deformaciones, reposición de bases de preparación, reintegración de color y si se precisa, barniz de protección.


Una pieza puede presentar diferentes problemas, por ejemplo: al acelerarse su envejecimiento natural, ésta puede mostrar un deterioro progresivo que altera sus características físicas y por consiguiente las estéticas. Los factores que afectan a una obra pueden ser ocasionados por la intensidad de luz, la humedad, el calor, la temperatura y el aire o puede deberse a una degradación natural derivada de un mal tensado, un soporte inadecuado, un mantenimiento erróneo o descuido en general. Asimismo, la obra de arte puede ser un gran banquete alimenticio para pequeños y grandes animales y entonces sufren lo que en restauración se llama “ataque biológico”, el cual debilita la pieza y puede ser la causa de una pérdida parcial.


La obra también puede sufrir accidentes por manejo inapropiado como; desgarres, cortes, perforaciones, roturas o faltantes de algún elemento. El restaurador proporcionará el tratamiento, que pueden ser: injertos, intarsia textil, adhesión de desgarros, suturas, puentes de hilo y reposición de elementos entre otros.


El restaurador finalmente recupera la dignidad de las obras de arte, les devuelve el esplendor de cómo fueron concebidas por el artista, y rescata los objetos y los bienes inmuebles que son parte fundamental de nuestra historia. Por ello, un grupo de restauradores se ha dado a la tarea, desde hace más de seis años, de rehabilitar y conservar los objetos religiosos y de culto del Templo de Santa Clara y mantenerla como uno de los tesoros más importantes  y de mayor orgullo para los queretanos y el país entero.



Ma. Dolores López García

Restauradora

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